-Como oíste, no
creo que tenga algo malo que mi novio quiera tomar unas fotos, en las que tú
solo sales como un pequeño adorno
-¿Adorno? ¡JA! Con más razón
-Paulina por favor tranquilízate y Carla claro que no eres
un adorno, eres el complemento perfecto para la fotografía.
-Digas lo que digas no quiero que tengas esas fotos y
señorita no es porque sea presumida ¿Quién me segura que no las quieren para
secuestrarme?
-No lo haré, pero si quieres que me deshaga de tus fotos no
te preocupes- Eliminó todas las fotos frente a Carla- ¿Contenta?
-Mucho, gracias, adiós- Se dio la vuelta y se desapareció
entre los puestos del parque
-Vieja creída- Sentenció Paulina
-Bueno yo creo que tiene razón, la seguridad no es de las mejores cosas del
país- Explicó Roger
-Pero de todos modos Roger, la manera en que hablaba- Paulina
no terminó sus palabras gracias a la interrupción de Roger
-Mira Pau, mejor ya vámonos a mi casa a ver a mi familia
para que te olvides de todo esto
-Bien, como tú digas amor- En cuestión de minutos llegaron a
casa de Roger
-¡Roger! ¿Qué haces aquí?- La sonrisa de la mamá de Roger
era excesiva, no podía creer que tenía a su hijo de nuevo entre sus brazos
-Al fin pude volver a mi país y estoy muy feliz mamá
-¿Por qué no me avisaste? Debimos hacer una fiesta para
recibirte
-No te preocupes, yo quería que fuera una sorpresa
-Y ¿Quién es esta linda chica?
-Mamá, ella es Paulina y es mi novia, nos conocimos en
Canadá
-¿Habla inglés?
-No señora, yo también soy de México, específicamente de
Sonora pero Roger y yo nos conocimos en la universidad.
-Un gusto Paulina, pasen vamos a que se instalen- Entraron,
Roger fue a saludar a su hermana,
hermano y a su papá, todo era perfecto,
estaba muy feliz.
Pasaron la noche, Roger en su habitación y Paulina en la
habitación de visitas. A la mañana siguiente todos bajaron a desayunar, la
familia estaba completa de nuevo.
-Oye Andrea ¿puedes ir a la tienda a traer crema?- Pidió la
mamá de Roger
-No te preocupes hermana, yo voy- Roger se levantó de su
silla
-Vamos amor- Dijo Paulina
-Paulina, me gustaría que te quedaras para que me ayudes a
poner la mesa
-Oh claro señora, no se preocupe- Sonrió y se dirigió a la
cocina
-Regreso familia- Roger salió y justo de la casa de enfrente salía la chica de ojos
bonitos
-Miren, mi acosador otra vez
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